
Datos: Libros del asteroide 2008. ISBN 9788493659745. 235 páginas. Traducción de Eduardo Jordá.
Sinopsis del editor: La infancia de Jess, el protagonista de la novela, transcurre apaciblemente junto a sus padres y su abuela en una granja de las montañas de Carolina del Norte. De vez en cuando su vida se ve alegremente alterada con las visitas de excéntricos parientes como su mujeriego tío Luden que buscó fortuna en California; su tío Zeno y sus cuentos interminables; su volátil tío Gurton y su impresionante barba; la cantante de country Samantha Barefoot; o su tío Runkin, que viajaba con su ataúd buscando la frase perfecta para su epitafio; y también con la llegada de Johnson Gibbs, un adolescente huérfano que contratan como bracero, a quien secundará de inmediato en sus travesuras.
Estos pintorescos personajes acompañarán a Jess en su atípica infancia, dejando en él una huella tan indeleble que con el andar del tiempo comprenderá que, en realidad, le han acompañado siempre.
Es que hay cosas que si las explicas las estropeas…
Capítulo 4, “Cambio del corazón”:
“Me pareció que ya nos habíamos dado cuenta de que lo más difícil sería ahora no hablar de lo que nos ha sucedido, ya que sólo podríamos empobrecerlo y malgastarlo con nuestras pobres palabras. Debíamos encontrar una forma de evitarlo. Durante un tiempo habíamos sido hombres transfigurados…”
Chappell usa recursos poéticos en los episodios más delicados. En muchos casos el tránsito a lo metafórico es tan sutil que te encuentras envuelto por sorpresa.
Otras veces deja incompleta una escena para dejarte sitio, para que puedas estar ahí.
Es como hacer fotos. Mis mejores fotos no las he hecho. Una foto no es una foto si no has estado ahí. El que no ha hecho muchas veces “fotos sin cámara”, no puede hacer fotos de verdad.
Es lo que viene a decir Sean O´Connell en “La vida secreta de Walter Mitty”.
Creo que algo así le pasa a Jess. La percepción de la gente y de los hechos que configuraron ese tiempo se presentan como deformados por las distintas intensidades con las que se vivieron esos momento. Pero esa deformación, no falsea la realidad, sencillamente la hace habitable al darle una tercera dimensión invisible para la legión de habitantes de planilandia.