
Datos: Ático de los Libros, 2010; 157 pp.; trad. de Mercedes Herrera; ISBN: 978-84-937809-9-9.
Sinopsis: Los gondoleros silenciosos es el resultado de la investigación de Morgenstern sobre por qué los gondoleros de Venecia, que eran los mejores cantantes del mundo, un día, de repente, empezaron a cantar tan horriblemente que desde entonces los clientes les piden que remen en silencio. La respuesta a ese enigma está en la historia de Luigi, un joven de sonrisa bonachona que toda su vida soñó con ser gondolero.
Sobre el cumplimiento de los sueños
Con un sentido del humor que nos recuerda a la Princesa Prometida, Goldman nos presenta a Luigi, un gondolero lleno de sueños... y con algunos talentos.
Lo que más me ha gustado es el buen humor, y esa combinación de firmeza ante la adversidad y aceptación de las cosas de la vida, que hace de Luigi un personaje atractivo, entrañable… y convincente.
Pues eso, que no siempre se cumplen nuestros sueños.
Aunque el libro parezca de coña, la cosa va en serio. Como enseña el profesor P F Ayuso: “está bien tener sueños en la vida, pero no como objetivo de la vida, porque si no llegas, tu vida perderá el sentido. Desear si, pero no supeditarse al deseo”. Digerir las frustraciones es un arte necesario para ser feliz.
Es que además luego resulta que miras para atrás y descubres que aquello que realmente te ha llenado, y alimentado tu felicidad y tu esperanza es inesperado (a veces paradójico), gratuito y desinteresado. O sea, regalos.