
Datos: ed. Berenice, 2013; 301 pp.; ilust. de C. E. Brock; trad. de Nuria Reina Bachot; ISBN: 978-84-15441-34-2. Nueva edición en Madrid: Siruela, 2015; 216 pp.; col. Las Tres Edades; trad. de Cristina Sánchez-Andrade; ISBN: 978-8416280476.
Sinopsis: Cuando Padre desaparece de forma inesperada, y en extrañas circunstancias, Roberta, Peter y Phyllis y su madre tienen que abandonar su feliz y holgada vida familiar en Londres para ir a vivir entre estrecheces a una pequeña casita -llamada Tres Chimeneas- en una aldea en el campo. Allí los niños encuentran entretenimiento e n una cercana estación de ferrocarril, y hacen amistad con el mismísimo Jefe de Estación, con Perks el Mozo o con el intrigante Anciano Caballero que les saluda puntualmente desde el tren de las 9,15. Pero no logran olvidar el misterio que ha producido tantos cambios en su vida. Madre no quiere decir nada y los chicos saben que es mejor no preguntar pero ¿dónde está Padre? ¿Volverá algún día?
¡Pues claro que es posible ser feliz a pesar de las dificultades de la vida!
Tengo la sensación de que Edith Nesbit es un Arqueopterix de la literatura juvenil. Casi victoriana en las formas, en la ambientación pero reconociblemente moderna en los contenidos emocionales, en la manera de reaccionar sus personajes. Sensible ante la injusticia y la dignidad de cada persona, y a la vez providencialista (contundente declaración de la página 273)
Lo que más me ha gustado es como los protagonistas no se resignan con la primera reacción de los personajes secundarios que van encontrando sino que dan, arriesgan, se fían, disculpan, discurren, perseveran ...para hacerles sacar su mejor yo, para hacerles felices. Y así los demás, sintiéndose desinteresadamente queridos, deseamos también ser mejores. ¡Gracias Bobbie por ser así!