
Sinopsis: En la consulta del médico. Margarita, la madre, orgullosa hasta reventar, por las maravillas —reales o imaginadas— de su niño.
El hijo, Carlos Alberto, dieciséis años. Y la enfermera, que pregunta y pregunta, que sondea y sonsaca, que pone nerviosa a doña Margarita. Y el enfado de la madre porque aquella ignorante enfermera no capta, no descubre, no admira la enorme inteligencia, el alto coeficiente mental de Carlos Alberto.
Y, al final, la indignada horrible explosión de Margarita porque a su niño no lo recibe el famoso doctor Deva, sino un vulgar colaborador suyo, el doctor Fernando Méndez. Ese doctor Méndez al que Margarita llama, a gritos «enfermo, perturbado, loco…«
Ganar puntos de fuerza.
Más que la cuestión de la inclusión de los "diferentes", me ha interesado la reacción de los demás ante "la piedra de toque".
No parece que todas nuestra reacciones valgan igual. Además la misma reacción con personas distintas vale distinto. Y es que cuando guiamos nuestras reacciones, estamos guiando nuestro corazón. Y entonces nos estamos haciendo más libres porque ampliamos el campo de acción. Porque ahora me planteo otras cosas que antes ni las consideraba, y porque veo posible el acometerlas.
Dándome, reconociendo, aceptando las humillaciones, perdonando, rectificando, ... amo y me hago más capaz de amar. Y por eso más libre... Pero la libertad no es el fin. El fin es amar y ser amado. Ejercicio de libertad. Regalar y ser regalado.