
Sinopsis: En esta bellísima historia, Tolstói nos habla del amor y del matrimonio a través de la historia de Masha y Serguéi. Contemplamos su enamoramiento, el candor de los primeros momentos, la dicha de la intimidad compartida, así como las tempranas decepciones que dan paso al… ¿verdadero amor?
Trazo preciso pero...
Otras veces he aludido a la distinta percepción del otro que acontece, dependiendo de que el autor sea hombre o mujer. En general, por muy buena que sea la novela, las mujeres tienden a idealizar al personaje masculino y el hombre al femenino. Esto no es así en el caso de los grandes genios de la literatura y creo que aquí estamos ante un caso de estos. Tolstói se adentra en los entresijos y vaivenes en los que el corazón somete al ánimo de los dos personajes con un realismo sobrecogedor. En este sentido me parece muy enriquecedora la lectura de esta breve historia en la que uno puede asomarse a la progresión, estallido, debacle y escampe de unas vidas universalmente humanas.
Si, trazo preciso y honrado sentido común, pero me parece que acaba en badén.
Es verdad que el enamoramiento es involuntario, nos arrebata y lanza a una promesa de plenitud. Es verdad que es caduco. Es verdad que es ilusorio e simple pretender arrastrar toda una vida la excitación de ese efluvio. Es verdad que las crisis nos hacen madurar…
Pero la salida de esta ola no es sin más ser honesto, y aceptar y conformarse a un “estado pacífico”. Cuando llegas al final de la rampa puedes reconvertir la loca carrera en plácidos paseos por tranquilos rincones, o tirar de los mandos de los alerones y despegar. Atravesar las fronteras de uno mismo y arriesgarse al aire. Entonces, bajo una aparente vida corriente, un entramado de amor libre y contundente nos va revelando la melodía secreta de la felicidad.
Y, qué sé yo, seguro que abajo entre el polvo y la calima, siempre habrá alguien contemplando tu vuelo y murmurando: es imposible, es imposible. Je, pobre.