
Datos: Alfaguara, 2013; 351 pp. ; trad. de Sara Cano Fernández; ISBN: 978-84-204-1546-8. Copyright Mattel. Inc.
Sinopsis: La historia se ambienta en Ever After High, un colegio dirigido por un tal Milton Grimm al que van los hijos de los y las protagonistas de los cuentos y las historias más tradicionales para que, llegado el momento, puedan protagonizar sus propios cuentos. Todos ellos han de llegar al día del Destino, cuando han de firmar El Gran Libro de los Cuentos y comprometerse a seguir los pasos de sus padres. La historia trata de que la hija de la madrastra de Blancanieves, Raven Queen, de ninguna manera quiere ser como su madre y se plantea no firmar, y que la encantadora hija de Blancanieves, Apple White, desea que firme porque si no es así, los personajes del cuento, y ella también, desaparecerán, harán puf les dice el director. (Tomado de Bienvenidosalafiesta)
El destino te lo montas tú
¿Qué ha pasado con aquello que cantaba Joaquín Sabina de que las niñas ya no quieren ser princesas?
Me parece que Ever After High refleja un mundo bastante más real (y próximo) de lo que a primera vista pudiera parecer. No es una inocente historia-mezcla de cuentos clásicos.
Cualquiera que tenga algo de relación con el mundo de la educación sabe que una versión de Apple White y su séquito de gente guay, existen en cada curso de cada colegio. Programan y diseñan qué es lo que hay que hacer para ser aceptado por los demás, para sentirse bien, qué es lo que hay que ponerse, cuándo y a dónde hay que salir, a quién hay que ponerle megustas y reírle las gracias y de quien hay que burlarse o ignorar, qué hay que ver, en qué foto hay que salir, qué es interesante y qué un rollo, y largo y agotador etcétera. Y los que no se pliegan a las consignas son mirados con suspicacia, cuando no tratados con crueldad: “¡pringao, rarito! ¿Se creerá distinto o especial?”
Quizá en el fondo tienen miedo (ellos y sus padres) a cualquiera que haga tambalear su mundo p-e-r-f-e-c-t-o: “Que sean monas, listas y... buenas pero no demasiado”, decía una madre de adolescente para resumir su programa educativo.
Supongo que es tentadora la supuesta seguridad que supondría tener garantizado el futuro. Pero esto no es posible e irremediablemente te empequeñece. Los ideales se abortan y la libertad, que no tiene a donde dirigirse, termina enredada en el propio egoísmo. Nos convertimos en pasajeros de nuestra vida.
Es que cuando no tienes nadie de quien fiarte no arriesgas, porque no tienes donde apoyar tu esperanza.
Por eso ayuda que haya gente que reaccione como Raven: “Soy Raven Queen y escribiré mi propio destino” . Sí, tu también puedes hacerlo. Aunque no tengas poderes como Raven ni te sientas atraído por el lado oscuro. Tú, arriesgando -alguien tiene dar el primer paso- abres una puerta de esperanza para ti y para tanta gente.
Pues sí, al margen de la línea de muñecas fabricadas por Mattel y de la poco afortunada maquetación del libro, lo primero que se me vino a la cabeza fue esta famosa estrofa de Diego Izola: “El destino te lo montas tú”