
Datos: Barcelona: Montena, 2012; 427 pp.; col. Crónicas lunares, libro 1; trad. de Laura Martín de Dios; ISBN: 978-84-8441-869-6
Sinopsis: Cuando Cinder conoce a Kai, el príncipe de Nueva Pekín, el mundo está patas arriba.Una plaga mortal está causando estragos entre la población del reino, y los científicos trabajan contrarreloj para encontrar una posible vacuna. Tras la infección de Peony, la hermanastra y única amiga de Cinder, esta se ve obligada a trasladarse al hospital para participar como voluntaria en las pruebas médicas que está llevando a cabo el misterioso doctor Erland, unas pruebas a las que ningún otro participante ha sobrevivido.Pero, para sorpresa de todos, Cinder saldrá con vida... Y no solo eso: en el hospital se descubrirá un secreto de su pasado que podría cambiar el futuro del mundo... Y unir a Cinder y Kai de forma inesperada
Comentario: Supongo que lo de las expectativas tiene que ver (algunas críticas que previamente leí y otros comentarios e imágenes promocionales) El caso es que fui pasando páginas de este libro esperando encontrar algo que lo hiciera distinto de los demás de su género, un mensaje, una imagen, una insinuación… y nada. Salvo que mezcla lugares comunes heterogéneos entre sí, no he encontrado mucho más.
Los personajes son bastante estáticos y repetitivos en sus discursos, reacciones y postureos. Aunque no es una novela felizona (la gente se muere), transciende poco o nada. Las emociones son de lata y las reflexiones pocas e inconclusas. ¿Pero es que quieres convertir todas las novelas en un tratado sobre el sentido de la existencia humana? Hombre, no. Basta con que no esté vacía, con que te asome a lo que Jamie Ford* llama la consistencia de la vida.
No sé si soy capaz de valorar la calidad literaria. Luis Daniel González dice que está por encima de la media en su género. Bien. Será.
Valorándolo en su conjunto pienso que queda a kilómetros de, pongamos, un “Juego de Ender” de Orson Scott Card.
Por otra parte este libro está promocionado por la factoría Mondadori, como el vídeo al que hago alusión en la pestaña AD de esta web. ¿Un libro es ya bueno porque "me coge"? ¿Porque me entretiene? Pienso que no. El psiquiatra A. Polaino hablaba de entretenerse como “estar tenido por” ¿Suena a poco, verdad?
*Jamie Ford. “El sabor prohibido del jengibre”
Nota añadida el 14 feb 2015: Hoy, dos meses y medio después de haber escrito esto, constato que el libro no ha dejado de pasar de mano en mano (de chicas, por cierto) Y no me queda más remedio que reconocer que algo tiene que no he sabido valorar... Y que lo que se comenta aquí mismo debajo va a ser cierto. Así que, ¡muchas gracias TRL!