
Sinopsis: La Torre es el mayor edificio del pueblo, un bloque ácido en inhumano en el que viven tantas personas como en toda la urbanización de casitas adosadas que acaban de construir en las afueras. Personas instaladas en estantes del aire, como libros, cada uno con su historia, algunas buenas y otras malas. Unas a punto de abrirse y otras de cerrarse. En ella viven Ángel y Gil, Nor y Berta, Rashid y Stéfano. Cada uno en su habitación de la Torre, hablando con su propio acento, pero obligados a entenderse cuando descubren que pertenecen a una misma historia.
Abrir los ojos del Corazón
Me gustan estos personajes de Eliacer Cansino (tal vez son él mismo) que pasan del análisis a la acción a pesar de resistirse. De la inercia dolorosa -”los ojos (...) de quien no pueden ver el mundo sin la memoria del dolor”- al compromiso casi impetuoso.
Ya había aparecido en otras novelas de este autor, pero ahora es más profundo el despertar de esa necesidad imperiosa y natural de arriesgarse a abrir los ojos del corazón.
Sin ese movimiento expansivo nada valen las certeras palabras. Se quedaría todo en rancio gnosticismo como apunta F1.