
Datos: Ed. Debolsillo, 2012; 222 pp.; ilust. de Jim Kay; trad. de Carlos Jiménez Arribas; ISBN: 978-84-9989-890-2.
Sinopsis: Una historia emocionante y extraordinaria sobre un niño, su madre enferma y el monstruo que viene a visitarlo. Siete minutos después de la medianoche, Conor despierta y se encuentra un monstruo en la ventana. Pero no es el monstruo que él esperaba, el de la pesadilla que tiene casi todas las noches desde que su madre empezó el arduo e inacabable tratamiento. No, este monstruo es algo diferente, antiguo… Y quiere lo más peligroso de todo: la verdad.
Un monstruo que me salva de mi mismo.
Me produjo satisfacción comprobar en pocas páginas que no era una historia de terror, que me iban a hablar de la realidad. Además me han resultado bastante sugerentes las consideraciones de los personajes y las historias del monstruo, incluso la no trazada línea sueño-realidad. Es verdad que algunas situaciones parecen un poco llevadas al extremo; los malos malísimos del instituto, la amiga buenísma contra viento y marea, la joven, resuelta y maniática abuela, etc.
Pero si, todo esto nos pasa, aunque quizá no es un miedo atroz lo que nos impulsa a mirar para otro lado sino una especie de mezcla entre tristeza, cansancio y acostumbramiento. Un encallecimiento casi necesario para seguir con la vida a pesar del dolor… Y otra llamada a desprotegernos ante la ayuda que los demás nos tienden.
Esque no me acaba de cuadrar tanto artilugio psico - literario para llegar a un lugar común bastante eufémico (dejarla ir) sin añorar esperanza, me parece sospechoso. No vaya a ser que el problema de su personaje sea el del autor, sólo que él no tiene un monstruo que eche a andar en su ayuda… porque sin esperanza terminas añorando en los charcos el cielo azul que reflejan..
Un buen libro si no eres conformista.