
Sinopsis: 1943, Amsterdam. Hetty Verolme solo tiene doce años cuando los nazis la deportan, junto con su familia, al campo de concentración de Bergen-Belsen, el mismo donde falleció Ana Frank. Pero Hetty no pierde el ánimo, y se erige en todo un símbolo para los niños del campo, recordándoles que la vida, incluso en medio del horror, sigue siendo bella. Una sorprendente y extraordinaria historia real: la de la lucha por la supervivencia de un grupo de niños en un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Esta narración autobiográfica protagonizada por Hetty Verolme, una heroína adolescente, revela cómo ella y sus hermanos superaron toda suerte de adversidades tras ser separados de sus padres y confinados en la Casa de los Niños, en Belsen, Alemania.
Una fuerte dosis de hechos reales
Contundente. Según avanzan las páginas, los sucesos se te van atravesando en el estómago del alma hasta que paras de leer y contemplas tu alrededor cotidiano con ese regusto pesaroso en la mirada.
Supongo que el libro no tendrá un gran valor literario. Más que nada es una crónica; se suceden injusticias, atrocidades y dolor, … pero no llegas a acostumbrarte. Terminas acompañando a estas personas en su penoso tránsito a través de la incertidumbre esperando (resistiendo) el fin del trayecto.
Si, es verdad que otras historias de este estilo -basadas en hechos reales- contienen mil matices sobre los estados mentales y emocionales del sufrir y el esperar. Reflexiones más o menos profundas a cerca del sentido de la vida. Aquí no tanto. El noqueo que imponen los hechos reales habla por sí mismo.
Entiendo que no haga grandes disquisiciones. No estaban en condiciones de hacerlas. Creo que ayuda a hacerse cargo de esto y del valor y empuje de estas personas un pequeño comentario del final: “... estudiar era imposible, pues aún estábamos muy afectados mentalmente para concentrarnos. (...) hablábamos muy despacio, y tardamos varios años en recobrar el estado mental que nos permitiese conversar con normalidad”
No obstante, y en esta línea, me parece muy interesante leer Entre tonos de grises de Ruta Sepetys. También por mirar en otra dirección: la Unión Soviética de Stalin y las deportaciones a Siberia. Creo que me gustó más.